top of page

Dar y Recibir: El Arte de Vivir en Equilibrio

Por Meli Mendoza


Desde pequeños, muchos aprendimos que “es mejor dar que recibir”. Y aunque dar es un acto profundo de amor y generosidad, cuando no está equilibrado con la capacidad de recibir, puede volverse una fuente de agotamiento, desconexión y, paradójicamente, de carencia.


Dar es reconocer al otro.Recibir es reconocerte a ti misma.

Ambas acciones son sagradas, necesarias y profundamente humanas. Cuando das, afirmas: “Te veo. Me importas. Quiero compartir lo que tengo contigo”. Pero cuando recibes con gratitud, estás diciendo: “Yo también merezco. Yo también soy importante. Estoy abierta a lo bueno que la vida quiere darme”.


El ciclo natural de la abundancia

La naturaleza nos enseña constantemente sobre los ritmos del dar y el recibir. Los árboles nos regalan oxígeno, pero también necesitan dióxido de carbono para sobrevivir. Las olas vienen y van. El corazón late en un ritmo de expansión y contracción.

Vivir únicamente dando sin detenerte a recibir puede parecer noble al principio, pero con el tiempo, te vacía, te desconecta de ti misma y puede dejarte resentida o agotada.Por otro lado, vivir recibiendo sin compartir lo que tienes te lleva al aislamiento, al egocentrismo y a la soledad emocional.


Estar en equilibrio con tu sistema

Tu sistema interno –tu cuerpo, tus emociones, tus pensamientos, tus vínculos– necesita armonía. Si das constantemente pero te cuesta pedir ayuda, si acompañas a todos pero no sabes recibir un abrazo, si trabajas incansablemente pero no permites que la vida te recompense… entonces no estás en equilibrio. Estás operando desde la escasez, incluso cuando pareces generosa.

Y esa escasez, a largo plazo, cobra factura.


¿Cómo encontrar el equilibrio entre dar y recibir?


1. Reconoce tus patrones familiares

¿Creciste en una familia donde solo se valoraba el sacrificio? ¿Te enseñaron que pedir es “malo” o “egoísta”? La manera en que aprendiste a vincularte con los demás influye profundamente en tu relación con el dar y el recibir. Es momento de hacer consciente esa herencia y preguntarte si hoy aún te sirve.

2. Date el permiso de merecer

La abundancia comienza cuando te sientes merecedor. No desde el ego, sino desde el amor propio. Escribe esta frase y repítela a diario:👉 “Merezco recibir todo lo bueno que la vida quiere darme.”

3. Practica el arte de recibir con gratitud

No rechaces cumplidos. Acepta ayuda. Cobra por tu trabajo con dignidad. Cada vez que recibes sin culpa, refuerzas el mensaje de que tu energía, tu tiempo y tu ser tienen valor.

4. Aprende a dar sin vaciarte

Dar desde el exceso de deber o el miedo a ser rechazada no es generosidad, es una forma de autoabandono. Empieza a dar desde la plenitud, no desde la carencia. Y recuerda: también puedes decir “no” desde el amor.

5. Recarga tu energía antes de compartirla

Así como no puedes llenar una taza con una jarra vacía, no puedes sostener a otros si no te sostienes tú primero. Crea rituales diarios de conexión contigo: medita, camina, escribe, respira profundo, conecta con lo que te da paz.


La abundancia nace del equilibrio

La verdadera abundancia no se trata solo de cuánto das ni cuánto tienes, sino de cuánto disfrutas de lo que compartes y dejas entrar en tu vida.

Es un flujo constante entre permitirte ser sostenida por la vida, y a la vez, sostener a otros cuando tu copa está llena.

Vivir entregándote únicamente a los demás, olvidando tus propias necesidades, es tan perjudicial como vivir sin tener en cuenta a nadie más que a ti misma.

Cuando entiendes esto, honras tu energía, te posicionas desde un lugar de merecimiento, y el universo responde en consecuencia. Porque el dar y el recibir son dos partes de un mismo latido: el de una vida en equilibrio.


Ejercicio práctico:

Mi Equilibrio Sagrado entre Dar y Recibir


Objetivo:Reconocer cómo das, cómo recibes, y crear acciones conscientes para volver al equilibrio. Este ejercicio puede repetirse una vez por semana o cuando sientas que estás desconectada de ti misma.


PASO 1: Autoobservación con honestidad amorosa

Toma tu cuaderno, en un lugar tranquilo, y responde:

  • ¿En qué aspectos de mi vida doy más de lo que puedo o tengo?(Ejemplo: mi tiempo, mi energía, mis recursos, mi atención, mi escucha...)

  • ¿En qué situaciones me cuesta recibir?(Ejemplo: ayuda, cumplidos, dinero, tiempo para mí, descanso, amor...)

  • ¿Qué emoción me invade cuando recibo?

    ❑ Culpa❑ Incomodidad❑ Miedo a deber algo❑ Gratitud auténtica❑ Otra: _______


👉 ¿Por qué crees que te sientes así?


PASO 2: Reescribe tu creencia sobre el merecimiento

Completa esta frase con sinceridad:

“Recibir me cuesta porque en el fondo creo que…”

Ahora respira profundo y reescríbela como una afirmación de poder:

“Hoy elijo abrirme a recibir porque…”
“Soy merecedora de recibir porque…”

Pega esa frase en tu espejo, tu billetera o tu espacio de trabajo.


PASO 3: Crea tu “Ritual de equilibrio” semanal

Elige un día de la semana y planifica intencionadamente:

  • Algo que vas a DAR desde la plenitud (no por obligación)Ejemplo: compartir un talento, escuchar a alguien, regalar algo que te sobre

  • Algo que vas a RECIBIR conscientemente y con gratitud Ejemplo: aceptar ayuda sin justificarte, descansar sin sentir culpa, cobrar con amor, disfrutar un regalo


Escribe tu compromiso de la semana:

Esta semana elijo dar _________ con amor.Y permitirme recibir __________ con gratitud.

Cierre energético:

Coloca ambas manos en tu corazón, cierra los ojos y di en voz alta:

“Me libero de la creencia de que debo dar todo para ser valiosa. Me abro a la vida. Me permito recibir sin culpa. Hoy elijo el equilibrio como forma de honrarme a mí y a los demás.”

Aprender a equilibrar lo que damos y lo que recibimos no es un destino, sino un camino consciente que se recorre con amor propio, presencia y valentía. No estás aquí para vaciarte ni para aislarte, sino para compartir tu luz mientras también te permites ser nutrida por la luz de otros. Cuando comienzas a honrar tus límites, a cobrar por tu trabajo con dignidad, a decir "sí" con alegría y "no" con libertad, estás sanando no solo tu historia, sino también tu linaje. Que este recordatorio te acompañe siempre: mereces recibir todo aquello que también sabes dar desde el alma. Porque la abundancia nace del equilibrio, y el equilibrio es una forma profunda de amor.

Mucha Luz,



 
 
 

Comments


  • Instagram
  • Youtube
  • TikTok
  • Facebook
  • X
  • Pinterest
  • Trapos
  • LinkedIn

©2019-2024  by melimendoza.com

bottom of page